lunes, 25 de julio de 2011


Qué es el
 amor, si nunca te pusiste una camiseta y saliste a jugar.
Qué es el dolor, si nunca te ganaron un partido de campeonato en los últimos minutos.
Qué es el placer, si nunca le tiraste un caño al 10 de tu clásico.
Qué es llorar, si nunca pego la pelota ahí, donde más duele.
Qué es el cariño, si nunca pero nunca acariciaste la pelota por arriba de la barrera para dejarla morir en la red.
Qué es la angustia, si nunca viste desde el banco como perdía tu equipo.
Qué es la adrenalina, si siempre pero siempre pudiste dormir la noche anterior a un partido desicivo.
Qué es ser solidario, si jamás bajaste a ayudar en un corner en contra.
Qué es poesía, si nunca pero nunca inventaste una tijera en la puerta del área.
Qué es el gozo, si nunca te tomaste esa coca de la apuesta después del partido.
Qué es el pánico, si nunca pero nunca en la vida quedaste junto a otro compañero defendiendo contra 3 que querían convertir.
Qué es la soledad, si nunca te paraste debajo de los 3 palos a 12 pasos de uno que te quería partir el arco en 2.
Qué es el esfuerzo, si nunca te tiraste a barrer una pelota que iba a terminar en la red.
Qué es el egoísmo, si nunca le diste al arco cuando tenias oportunidad de pase hacia ambos lados.
Qué es el arte, si nunca saliste gambeteando de tu área.
Qué es la música, si nunca te pusiste la casaca y alentaste desde la popular.
Qué es la injusticia, si nunca te expulsaron en una falta dudosa.
Qué es el odio, si nunca erraste el gol abajo del arco.
Que es la vida, si jamás pero jamás jugaste al fútbol.

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